Uno de los muchos  recuerdos de mi infancia tiene sabor, aroma y la ansiada espera. Esa espera  que pasaba admirando a mi abuela y a mi madre con sendos boles en sus regazos montando las claras que acababan pareciendo nubes de algodón y después añadiendo con cariño y esmero el resto de los ingredientes, después venía el horneado y para no hacerme esperar a la hora en que se podría cortar y comer el manjar, que para mi lo era y lo sigue siendo, me hacían uno individual el cual no dejaba casi ni enfriar para deleitar mi paladar. 

Ingredientes:

• 6 huevos camperos


• 6 cucharadas de azúcar ( 120 gr. )


• 6 cucharadas  colmadas de harina ( 150 gr. )

Preparación:

1. Separamos las claras de las yemas.  


2. Tamizamos la harina en un bol y reservamos. 


3. Precalentamos el horno a 160º con aire. Engrasamos un molde o rosconera de unos 22-24 cm. 


4. Colocamos la mariposa en las cuchillas y echamos las claras y el azúcar, programamos  7 min/37°/vel 4. 


5. Sin quitar la tapa, programar 1 min/ vel 1 y vamos añadiendo las yemas, una a una, por el bocal. 


6. Retiramos la mariposa, echamos la mezcla en un bol grande y añadimos poco a poco la harina tamizada y vamos mezclando con una espátula con movimientos envolventes. 


7. Lo vertemos en el molde y horneamos durante 45 minutos a 160º. Una  vez horneado lo dejamos enfrías antes de desmoldar. 
   

Podeis decorarlo con azúcar glas, chocolate rallado, con nata.... al gusto. Y tanto podéis acompañarlo con café, chocolate a la taza o con algún licor o vino dulce. 

Espero disfrutéis tanto como yo con su dulce sabor y suave textura.